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miércoles, 15 de agosto de 2007

El crew

Karen Benavides

A Karen la conocí gracias a que se tuvo que sustituir a la persona que sería director de fotografía. Ya teníamos unas semanas con los ensayos y faltaban como un mes para el rodaje.
Me la presentaron y después de despedir a los actores, nos fuimos a tomar un café en la esquina de un parque.
Recuerdo que cuando nos sentamos inició la frase con: "¡Primero que nada felicidades! El guión me pareció excelente y gracias por la invitación". No supe cómo reaccionar ante esa frase ya que o bien no estoy acostumbrado a recibir felicitaciones de nadie o bien cambio el tema antes de que alguien me las diga porque no me gusta. Pero lo que me agradó de eso fue que se mostró sincera. Y creí en ella cuando dijo: "gracias por la invitación para trabajar con ustedes".
A partir de ahí entre ella y yo se ha creado un equipo de trabajo así como una gran amistad.
Karen es la chica de la producción, la niña del equipo, que si bien es de las más jóvenes del grupo Ilustrato, no por eso es la menos profesional. Su trabajo es responsable, inteligente, arriesgado y comprometido. No tiene miedo a ensuciarse ni a meterse en el lodo con tal de obtener el plano que se desea. Es divertida, capaz, valiente, inteligente y en poco tiempo se ha ganado el cariño de todos los que participamos en la película. No le da miedo la presión y siempre ve la forma de terminar su trabajo a pesar de las complicaciones.
Con Karen viví las penurias más impresionantes de la película. Con ella, en el tiempo que hicimos el scouting participé—por accidente y sin proponérmelo—en el arresto de los líderes de un grupo indigenista armado que había tomado posesión de una de las locaciones de la película. Así mismo pasamos varias horas estudiando, analizando y decidiendo los planos que deberíamos tirar en el rodaje para encontrar la mejor forma de narrar la historia—recuerdo muy divertido por su agrado de utilizar un storyboard tan completo como el que usamos: "Hasta ahora ningún director me había entregado un storyboard con todos y cada uno de los planos". Storyboard que se movió entre todas las manos del crew con mucho orgullo—. También con ella viví el trabajo de conseguir los recursos necesario para la película, el esfuerzo de hablar y ser rechazado por diferentes personas e instituciones; las complicaciones de meter a todo el equipo de producción en mi casa para ahorrarnos presupuesto; pasar horas editando el demo de la película en horas nalgas sin poder dormir en un par de días; incluso hasta de manera cómica nos cayó un rayo en las islas de la UNAM.
Karen siempre está ahí cuando se necesita. Su trabajo en la fotografía, así como en el apoyo a la producción y la incondicional fidelidad no sólo a Espectros sino a los proyectos futuros y actuales de Ilustrato producciones hacen de ella una compañera de trabajo valiosa y maravillosa.
Actualmente viaja por Croacia y Grecia realizando unos trabajos de fotografía y espera a que se le avise cuándo empieza la siguiente película para renunciar a Europa y venirse dispuesta a hacer lo que sabe hacer y de la mejor manera.
José Juan

A José Juan lo conocí por Derby Arboleda, director de Sexo fuerte con quien había trabajado anteriormente. José Juan no sólo era actor sino que había aportado una gran labor de producción en ese largometraje.
Se le comentó de la película de Espectros de la falta de apoyo así como del bajo presupuesto y de las muchas ganas que se tenía de hacerla. Aceptó incondicionalmente en laborar con el grupo. Entró al equipo de producción y desde entonces es parte importante en la productora de Ilustrato y no hay intención alguna de dejar de trabajar con él.
Es actor, productor, director de teatro y muchas cosas más que hacen de él un hombre valioso que vale la pena rescatar y nunca permitir que se desanime por una industria difícil y sin apoyo. Es inapreciable, un ser justo y luchador. En el rodaje siempre estuvo de acuerdo a pelearse contra todas las penalidades y aún así salir triunfante. No lo detuvo el cansancio, ni el sueño, ni siquiera el grupo indigenista que de vez en cuando rondaba la locación con armas en mano y la firme idea de asaltarnos en cualquier momento. José Juan no cedió ante la presión, incluso al ser el único, en ese momento, que sabía de ese posible peligro y no permitió que la película se cayera y vio siempre por la seguridad de todo el equipo humano, poniendo su propia persona en peligro.
Le gusta lo que somos y lo que hemos logrado hacer. Pelea por nuestros ideales, rechaza las malas noticias y es un pilar fuerte, valiente e importante en Ilustrato. No permite que el ánimo se decaiga y siempre está ahí cuando se necesita. Es un gran amigo y un gran compañero. Alguien que tiene las puertas abiertas para todos los proyectos venideros y su lugar bien merecido en nuestro equipo.
Con José Juan he vivido, mano a mano, todas las dificultades que se tiene al ser un creador independiente y solitario en este país. Él me ha apoyado incondicionalmente por mi amistad y por mis ideas. Entre los dos nos ha tocado rompernos el alma, a veces quedarnos varias horas esperando que nos den la cita incluso con el estómago vacío; viajado a los rincones más desolados de la ciudad de México buscando ayuda de gente insospechada; trasladado a varios estados siempre con la firme decisión de velar por los proyectos de Ilustrato, no sólo Espectros; que nos insulte, nos rechacen o se burlen de nosotros; pero no obstante él no cede ni se deja derrotar. José Juan simplemente es el hombre valioso del grupo. La mano fuerte y el hombre en el que siempre podré confiar.

Xanny Chrysta

La primera vez que la vi fue en los estudios Churubusco, ambos trabajábamos en una serie de películas de terror que no se hicieron. Ella también vivió la decepción de no poder entrar al medio y sólo trabajar para alguien más sin siquiera recibir un agradecimiento ya no decir el salario que merecíamos. Le habían prometido un cargo importante en el departamento de producción y, como todos, al final tuvo que regresar a sus orígenes sin recibir lo que debería.La invité a participar en el proyecto porque vi algo valioso en ella y no me equivoqué: desde que entró al grupo de producción de Espectros trabajó más que todos nosotros. Se esforzó más que ninguno y levantó cada uno de los cargos que tuvo sin quejarse ninguna vez. Y si no hubiera sido por ella, se podría decir que Espectros no se hubiera terminado. Solucionó problemas, movilizó gente ante complicaciones grandes, tenía más energía que todos y no dejó que la moral decayera cuando las contrariedades parecían agobiarnos. Más que nadie merece estar en la primera fila de la presentación de la película una vez que esté terminada y todos nosotros con orgullo podemos decir que laboramos con ella. Hace tiempo que no la he visto, vivimos en ciudades diferentes, pero de una forma u otra sabemos de ella y deseamos que esté bien y que algún día, reciba lo que bien merece por su profesionalismo, dedicación y valía. Volvería a trabajar con ella y en cualquier momento que se presentara sé bien que ella pondría todo por lograr un buen trabajo.


Ana Cristina Bárcena

La conocí un día antes del inicio del rodaje, no sabía mucho de ella. Sólo sabía que había trabajado con Karen y confiaba en ella, por lo que yo, a mi vez, confié en su trabajo.
Ella reservada y yo moderado, al inicio no hubo mucha conversación. Yo me entendía con Karen y ella lo hacía con Ana, pero poco a poco, el crew se tornó prácticamente una familia—recordemos que durante un mes realizamos el ritual de ir a la hacienda y de regreso al hotel sin tiempo de recorrer la ciudad agobiados por el trabajo—. Y Ana se volvió una buena amiga además de que resultó una excelente compañera de trabajo.
Fue la que más soportó penalidades, incluso cosas que ni siquiera yo como director me enteré hasta tiempo después que alguien más me lo mencionó. A diferencia de otros que se quejaban, ella siempre fue valiente, fuerte y nunca le oí una palabra de queja, ni siquiera en los momentos más difíciles. Siempre estuvo ahí presente dispuesta a romperse el alma por ser responsable en su trabajo y por sacar el proyecto adelante porque confiaba en lo que hacíamos. Por lo que le estoy eternamente agradecido y tengo una deuda para con ella que nunca olvidaré.
Después de Espectros ha laborado en otras producciones y ha avanzado en su carrera, sin embargo aún nos hablamos seguido, nos vemos cada vez que visito la ciudad de México y deseamos trabajar juntos. Recuerdo que al final del rodaje, cuando lo celebramos en el hotel, mencionó que mi forma de trabajar no la había visto antes pero le agradó, le di confianza y volvería a participar en otra película. Pues bien, yo por mi parte también me agradó trabajar con ella, la estimo mucho y por supuesto volvería a hacerlo.
Roberto Pedraza

Es un muchacho sencillo que deseaba trabajar en algo relacionado al cine pero no había encontrado nada en el estado de Michoacán. Los pocos profesionistas que hay son de una sensación tan alzada que no podía ni conversar con ellos. Yo lo conocí porque una vez realicé en co-producción con el CREFAL el cortometraje Viajera. En ese entonces trabajaba en la radio como crítico de cine y aproveché el momento para promover la presentación que tuve durante un mes, de dicho corto, en el auditorio del CREFAL. Roberto me escuchó por radio y buscó la manera de localizarme y ofrecerme sus servicios para cuando realizara una producción. Yo le agradecí su ofrecimiento y tiempo después lo invité a ser parte de la producción de Espectros y aunque era primerizo siempre estuvo ahí presente dispuesto a hacer cualquier cosa que le pidiéramos. Aún hoy en día es un excelente amigo y está peleando, codo con codo, para hacer posible nuestros sueños.

Dante Servín
Lo conocí a partir de un grupo cultural que se abrió en Pátzcuaro, la idea era crear una coordinadora de cultura en el antiguo ex-colegio Jesuita de Pátzcuaro, pero los demás no se pusieron de acuerdo nunca. Así que yo por mi lado hice mis propios proyectos culturales y jalé a Dante para el largo de Espectros.
Resultó un buen trabajo grupal y Dante salió un buen amigo con quien todavía me junto y está apuntado para cualquier otro proyecto que hagamos.
Con carrera de diseñador y conocimiento de decoración se aventó el arte de la película y salió algo interesante, aparte de buenas locaciones en las que trabajamos.
Conocido en Pátzcuaro desde hace muchos años también fue de gran ayuda para conseguir un sinfin de cosas y gente que estaba dispuesta a trabajar por el bien de la película.
Se le agradece toda acción en pos de Espectros y ya nos veremos para la segunda.

Derby Arboleda

Lo conocí por un seminario que se realizó hace unos años en los estudios Churubusco. Participé en la organización de dicho acontecimiento y lo que más me llamó la atención de Derby fue su decisión de hacer cine por sobre las opiniones de todos los demás. Él hacía un año que había dirigido su opera prima Sexo fuerte, sin apoyo ni recursos, sólo con el soporte de unos amigos con el simple hecho de trabajar como era su deseo.
Yo en ese entonces trabajaba para una productora que deseaba hacer cine de terror, les vendí unos guiones que nunca se realizaron y sí me hicieron perder un año de mi vida y me quedaron a deber dinero. Cuando conocí a Derby consideré que era el momento oportuno para levantar el guión de Espectros que hacía dos años estaba en el cajón por la falta de sostén de cualquiera. Pero él me demostró que se podía hacer una película sin dinero ni apoyo institucional, así que nos juntamos. Reunió a la misma gente que lo apoyó en su largometraje, más algunos conocidos que yo tenía, y realizamos nuestra película.
A Derby tengo que agradecerle esa oportunidad y ayuda en levantar mi opera prima y presentarme a los que a continuación se volvieron parte de mi productora y amigos que creo considerar, absolutos.


Jacinto Alejandro Sanchez Cano
Lo conocí la noche anterior del rodaje. Llegó al hotel unas horas antes y en la cena de esa noche ni tiempo me dio de conocerlo. Era parte del equipo de sonido que me había contactado Gastón desde Morelia.
Para el día siguiente no hubo tiempo de tratarlo mucho porque principalmente me concentraba más en la imagen y estuve más a lado directamente de Karen, no obstante después de un tiempo; al convivir diariamente por casi un mes encerrados en una hacienda y participando todos en grupo por el bien de la película lo conocí y se hizo un buen amigo.
Resultó que no sólo teníamos en común levantar Espectros sino el gusto a la ideología y cultura japonesa, por lo que creo que le agradó aún más el proyecto por la influencia nipona y la adaptación de la leyenda de la edad media japonesa del fantasma a un pueblo de Michoacán. Él fue testigo de dos apariciones de fantasma. De los cuales uno lo tenemos grabado gracias a él y a Fernando con quien trabajó a lado para sacar el sonido directo. A algunos les pareció escalofriante, en cambio a mí me resultó fabuloso.
Volvería a trabajar con él y de hecho ya lo estamos planeando, no sólo otra película sino un cortometraje de samurias en México. A este corto le traigo muchas ganas y no puedo esperar el momento a que rodemos la primera escena, nomás estoy esperando que me diga cuándo la tiramos y yo me lanzo a San Luis.

(CONTINUARÁ)

lunes, 13 de agosto de 2007

Ilustrato Ediciones

Ilustrato producciones también tiene un departamento destinado para publicaciones literarias. Esto ha sido también por el poco apoyo que se ha obtenido en la rama de literatura.
Y es que si bien he escrito algunas novelas, me ha sido difícil y hasta imposible lograr su publicación.
Las he llevado a varias editoriales en el país y he notado que me han rechazado sin sentido. Si las calificaran de mediocres, de mal escritas o con contenidos fuertes los cuales salen del tipo de publicación de la editorial, aceptaría que algo hice mal o que no estamos en el mismo estilo y no objeto nada. Empero me he dado cuenta que ni siquiera las han leído.
Una vez hablé con escritor de ya unas cuatro o cinco publicaciones. Él me conocía de tiempo atrás y sabía que yo había escrito novelas e incluso me había leído y gustaba de mis historias.
Cuando le pregunté por qué no podía recibir respuesta de editoriales y publicar, me dijo: “sencillamente porque no tienes contactos. Necesitas que algún escritor reconocido, te recomiende y que por lo menos te escriba la introducción. Así te será más fácil. De otra forma no podrás hacerlo”. Le pregunté si él podría escribirme la introducción y si bien aceptó hacerlo la objeción dependía de que él sea un escritor analista de teorías educativas y publicaba con la ayuda de una universidad y que lo que yo necesitaba era un escritor de narrativa de ficción.
Hasta la fecha no ha habido un solo escritor que ni siquiera me reciba o me conteste un correo o una llamada.
Y creo que hay una cantidad enorme de escritores jóvenes sin contactos que sólo están ahí esperando el momento de publicar algún día.
Pues bien, Ilustrato producciones tiene en sus proyectos la de ser editorial y publicar a aquellos escritores que nadie reconoce.
Por el momento, las primeras publicaciones están en puerta. Y aunque parezca egoísta de primera instancia, las primeras serán las mías. Por lo menos son las únicas que tenemos en este momento.

Necros.
Escribí esta novela a los 19 años.
Es una historia de literatura juvenil, aunque algo violenta para adolescentes.
El género es dramático y abordo el tema de los vampiros que tanto me agrada. En ese entonces tenía mucha influencia del género del terror—mis escritores eran H.P. Lovecraft, Ramsey Campbell, Clive Barker, Ambrose Bierce, Bram Stoker, entre otros—y mis monstruos favoritos eran los vampiros y me maravillaban los cuentos de inmortales, así como la historia de la edad media, especialmente los puntos religiosos de la edad media.
Así que escribí esta novela con esas referencias.
Necros cuenta la historia de tres vampiros: Lodwick, Ubertino y Tordo. Los tres pertenecen a épocas diferentes. Lodwick proviene desde la irlanda antigua, Ubertino de la Italia de la edad media y Tordo es el más joven, del México contemporáneo, específicamente Coatzacoalcos, Veracruz. Los tres vampiros tienen personalidades distintas: Lodwick es un asesino que mata por venganza, Ubertino es un monje que nació deforme y busca una respuesta religiosa de su existencia y Tordo es un sociópata que busca sentido a su vida.
Quizá suena trivial, lo acepto y es la novela más débil—literariamente hablando—que he escrito y tendría que revisarla y corregirla mucho antes de ser publicada. Tal vez la deje en paz un buen tiempo antes de hacerlo. Sin embargo creo que, a pesar de ser escrita por un joven de 19 años que era primerizo, esta obra tiene algo que ofrecer. Lo que más me gusta de ella es la forma en que abordé el vampirismo. Quise romper reglas y mandé al demonio todo lo referente y conocido sobre vampiros desde Polidori hasta la actualidad. En Necros, el vampirismo es una enfermedad, no se transforman, lo relacionado con la cruz no sirve para matarlos, la luz del sol no los aniquila—sólo los debilita o los va matando poco a poco dependiendo de cuánto tiempo se exponen a la luz (funciona como un cáncer provocado por el sol)—, son inmortales hasta que les destruyen las células cerebrales, no necesitan la sangre para vivir, comen cualquier cosa y sólo dependen de la sangre porque los hace adictos. Si no la beben, no mueren pero sufren el síndrome de abstinencia.
Y lo segundo interesante es que también busqué romper con las reglas de los personajes protagónicos benévolos o el némesis malévolo.
En Necros, Tordo, el protagonista, es un sociópata que no sabe que lo es. Está aburrido, confundido y busca sentido a lo que hace. Y por lo mismo, no mata. Lodwick, es un asesino que ha matado por venganza ya que le asesinaron a toda su familia. Pero interiormente es un niño, alguien bondadoso que ayuda a la gente que le agarda y aesina a los culpables. En la novela, Lodwick busca no estar solo, busca a un amigo y siente que Tordo puede ser él, así que lo está acosando hasta convertirlo en lo que él cree que debería ser: un asesino como él para andar vagando por el mundo. Lo que no sabe es que Tordo es mucho peor que él.
Aquí resumiendo, la ruptura de la regla es que el personaje malo es acosado por el personaje bueno hasta que se tiene que enfrentar al malo. Obviamente lo que parecería ser un final feliz—el personaje protagonista gana y mata a su némesis—no lo es, ya que el verdaderamente malo de la historia gana y a partir de ahí andará rolando por el mundo un sociópata vampiro.
Ja.
Me pareció buena cuando era adolescente.


El último hombre bueno.
Esta la escribí entre los 23 y 24 años. Está mejor escrita y ya es un tanto más seria, sin embargo aún se nota inmadura—literariamente hablando—.
La historia es sencilla: Carrasco es un policía mediocre y humillado por todos y tiene el caso de encontrara un asesino serial. Se sitúa en un futuro cercano donde la bondad ya no existe y todos son unos hijos de la chingada, tanto que el mismo asesino se queda corto.
En el tiempo en que la escribí estaba muy de moda los asesinos seriales y estaba muy influenciado por ellos, leía mucho sobre el tema, que fue desde libros criminalísticos hasta análisis psiquiátricos. Me entrevisté con psiquiatras, psicólogos y estudiosos del tema.
Y después se me ocurrió escribir esta novela. Recuerdo que vi películas como Seven o El silencio de los inocentes y se me hacían buenas pero sentía que les faltaba algo de violencia. Algo de crueldad humana, no en el asesino si no en los que estaban alrededor del asesino, y escribí esta novela que fue mi respuesta a esas historias.
Lo que más me gusta de El último hombre bueno es que al asesino en realidad no lo es, ya que sus víctimas nunca mueren, sino que las tortura por mucho tiempo, incluso por años, y las atrofia tanto que les destruye el cuerpo y la mente dejándolos en estado vegetativo sin ver, sin oír, sin moverse, sin hablar, sin oler, sin degustar, únicamente les mantiene el tacto para que cada vez que alguien les roce la piel—por accidente o con intención—les provoque—de manera conductista—revivir toda la tortura por lo que su mente queda hecha pomada.
Y la razón por la cual el asesino hace lo que hace es lo más chistoso y ridículo: lo hace por amor.


K.
Esta novela es la mejor, ya que posee una mejor narrativa y un mejor tratado del tema.
La escribí aproximadamente a los 27 años. Y me agrada por sobre las anteriores.
Trata de lo siguiente: En Praga, en el año del 1922, hay una serie de asesinatos. Las víctimas son maestros de ciencias exactas de la universidad de Praga. La justicia, representada en tres detectives, halla una pista que le hace creer que Franz Kafka está envuelto en el crimen por lo que es el principal sospechoso.
Kafka, a su vez, siendo castigado y considerado culpable por la ley, es arrestado como lo es Joseph K. en El Proceso. Un día recibe la visita de Milena, una joven y valiente periodista que convence a Franz de investigar por sí mismos lo que está pasando. Poco a poco indagan el asesinato de maestros y van descubriendo que las pistas del crimen no es otra cosa que teorías matemáticas y de física cuántica.
Es una historia más compleja y con toques más profundos: análisis que van desde estudios matemáticos y de física cuánticas hasta la literatura kafkiana pasando por la religión judía.
Para llegar a eso tuve que refinarme vida y obra de Kafka; estudiar las teorías contemporáneas de la ciencia que van desde la teoría de las cuerdas, los fractales, los agujeros negros hasta la teoría cuántica unificada; revisar la vida judía en Praga en el año del 1922 y varios libros de psicología y psiquiatría para encontrar la información necesaria a lo que deseaba narrar en la obra.
Estoy satisfecho con la novela y así mismo lo están unos pocos de lectores que me incitan a publicarla.


Insectos.
Es la más reciente y la que todavía está en proceso de ser terminada. Apenas llevaré escrita una cuarta parte pero la encuentro más madura que K. y de un tema radicalmente diferente a las anteriores.
Insectos es una historia de amor entre dos perdedores: él es un mago frustrado que ha perdido sus habilidades y se ha dejado caer en la depresión y soledad. Y ella es una japonesa esquizofrénica, una escritora fracasada que nunca ha sido amada.
Lo que me motivó a escribir esta obra es la relación amorosa entre dos personas que tiene todo para perder. Dos jóvenes rechazados que son prácticamente seres invisibles en la sociedad, son dos insectos que no tienen oportunidad alguna de amar e Insectos es la respuesta de cómo diablos pueden juntarse los dos.
Es una historia depresiva, angustiante y severamente triste en un mundo sórdido, anodino, banal y “cool” como en el que vivimos.
Así mismo es una adaptación literaria de un guión cinematográfico homónimo que deseamos producir próximamente.

Los ojos tiernos de la casa Strudëntr
Hace algunos años cuando cursaba la universidad escribí un cuento, inspirado en la literatura kafkiana, llamado El escudo de Palas, donde hablo de una civilización extraña, remota y desconocida para la humanidad ya que se desarrolló en un punto recóndito del globo terráqueo y se destruyó sin ser conocida a nivel mundial. Por lo mismo creé la cultura, el régimen pólítico, avances científicos y demás reglas y orden social que van desde ilógico, extraño y surrealista, y me encantó. Me agradó tanto que dio paso a otro cuento más largo llamado Nada que apelar la cual lo menciono de género terror-burocrático. Y dio oportunidad de crear más reglas, en este caso en el sentido burocrático, o sea del sistema institucional y gubernamental, lo que le inspiró terror a la historia.
Posteriormente, al agradarme la creación de una cultura nueva, tomé los dos cuentos, incoherentes entre sí ya que se desarrollaban en distintos tiempos cada uno y formulé la unión de ambos--con siglos de diferencia. En esta unión escribí toda una mitología así como Lovecraft escribió sobre Los mitos de Cthulhu y dio origen al universo de Palas el cual existe en varios cuentos más, guiones de cine y actualmente escribo al unísono con Insectos la novela Los ojos tiernos de la casa Strudëntr, cuya historia es la siguiente: la casa Strudëntr es el orfanato más importante de Palas, en ella viven los niños abandonados, perdidos, de familias problemáticas y huérfanos. Está regida por Ëgroret Strudëntr, hombre culto, adinerado, altruista e importante de la comunidad el cual es muy querido y respetado que tiene a su cargo a más de 150 infantes y ha visto crecer a un aproximado de 4500 en los 30 años que lleva haciéndose caso del orfelinato. Un día sufre una humillación a manos de Krúgërt Trasske--el ser más despiadado y odiado en el reino--, lo que lo lleva a la muerte de una forma denigrante y dolorosa. Los ojos tiernos de la casa Strudëntr narra la decisión de once niños de vengar a su padre adoptivo. Es una novela cruel, surrealista, extraña y fantástica. Y me ha dado la oportunidad de crear una cultura aún más profunda con ocasión de explayarme y profundizar todavía más; por lo que he creado movimientos artísticos, fetichismo sexuales, historia del país, modismos y cronología del idioma, asesinos en serie, tipos de tortura, historia teatral, estudios alienistas, inventos científicos, y demás cultura palanesa, que incluso me ha dado ideas para otras historias. Pero por ahora ésta es la primera novela que daré a conocer y por la cual estoy muy orgulloso.

jueves, 9 de agosto de 2007

La Cosida

Actualmente estamos, como productora independiente, en preparación de realizar el largometraje La Cosida, sobre una leyenda de un fantasma en Pátzcuaro. Se dice que es una mujer que fue linchada: le cosieron la boca y los ojos porque se afirmaba que con sólo ver y decir unos conjuros podía asesinar a la gente. La cosieron y después la mataron, desde entonces se aparece por los pueblos aledaños a Pátzcuaro y se dice que si la ves edbes quitarle los hilos apra que descanse su alma porque si no ella te cose y te mata.

En México la cultura de los fantasmas es más bien basta. Los hay desde "La Llorona" (cuyos orígenes se remontan hasta el Imperio Azteca), pasando por leyendas incontables sobre la Colonia alrededor de toda la nación, así como espectros religiosos por la Guerra de los cristeros, fantasmas por la provincia relacionada con la revolución, hasta ánimas varias por diferentes motivos como fallecidos en hospitales, asesinados por distintos crímenes, etcétera.

De leyendas se conocen La Llorona, La Mano cortada, El Ahorcado, La Quemada, La Dama enlutada, El callejón del beso, La Novia o La planchada. En la literatura, por ejemplo, la obra más representativa de México es Pedro Páramo de Juan Rulfo y precisamente es sobre fantasmas.

Pero fatalmente hay muy escasas cintas sobre el género. Se realizaron principalmente a partir de los 40´s hasta los 60´s filmes inspirados en la leyenda de "La Llorona" (el espectro más famoso de todo el país), de las cuales las más conocidas son La herencia de la llorona en 1947 de Mauricio Magdaleno, La llorona de René Cardona en 1958 y La maldición de la llorona de Rafael Baledón en 1963.

Sobre otros fantasmas se conocen El fantasma del convento en 1934, de Fernando de Fuentes, sobre tres amigos que se pierden en una tormenta y al buscar refugio hallan un convento el cual está lleno de espectros religiosos. El fantasma de la medianoche en 1940 de Raphael J. Sevilla y El Fantasma de la casa roja de Miguel M. Delgado en 1956 sobre el fantasma de un millonario que observa a sus herederos asesinarse por su fortuna.

Posteriormente el director que más filmó historias relacionadas al tema es Carlos Enrique Taboada con cintas como Más negro que la noche (1975), acerca de unas chicas que se van a vivir a una casona que una de ellas heredó de una tía. Dicha tía tenía un gato que por odio de una de las chicas lo mataron. Tiempo después la tía espectral regresa para vengarse. Hasta el viento tiene miedo (1968), sobre unas colegialas que son testigos del fantasmas de una estudiante que el año anterior se había suicidado por culpa de la directora y busca venganza y El libro de piedra (1969) sobre una niña que vive en una casa con un jardín muy grande donde hay una estatua de un niño al que parece fue un brujo y en las noches cobra vida para jugar con la niña y asustar a su institutriz.

Y es especialmente Taboada quien se le ubica como un director de género en el país, ya que fue el que más cintas filmó de terror, abordando otros temas, no sólo de fantasmas. Subsiguientemente se conoce a Guillermo Del toro como un director del género del terror, y aunque ya no filme en México y sus cintas sean ya de producción extranjera todavía se le tiene como un director nacional. Empero la única cinta de fantasmas que ha rodado hasta la fecha es El espinazo del diablo en el 2001.

Así pues como no hay mucho cine sobre el tema en México, la cinta La cosida está inspirada en la leyenda de "La Cosida" que tiene sus orígenes en Michoacán y se muestra como una cinta original ya que es la primera vez que se retomará el mito para un filme.

No obstante a pesar de que los orígenes del mito de "La Cosida" tienen sus bases en la brujería (a Esperanza Trejo se le conocía como la bruja del pueblo, una vez muerta resurgió en la comunidad como un fantasma, más que como una bruja.

También puedo mencionar que las cintas que se hacen de fantasmas en lo que es occidente todos tienen la referencia gringa, teniendo como ejemplo: Los Otros de Alejandro Amenábar en el 2001, El Sexto Sentido de M. Night Shyamalan en 1999, Cuentos de fantasmas en 1981 de John Irvin”, entre otros. Empero a diferencia de los cineastas mexicanos que desean copiar la fórmula gringa, nosotros en La Cosida tomamos las bases cinematográficas de cintas principalmente niponas. Esto es, La Cosida tiene más similitud cinematográfica a cintas japonesas que a americanas –y con esto me refiero a América como continente, no como país estadounidense-: cintas ahora famosas como la serie de cuatro filmes y películas para televisión de Ringu de Koji Suzuki conocidas en México como El círculo; la filmografía de cinco películas (cuatro realizadas en Japón y una en co-producción con Estados Unidos) de Ju-on de Takashi Shimizu quien actualmente está preparando dos filmes más relacionados con esta serie, una en Japón, y otra más con Estados Unidos; Kourei (2000) y Kairo (2001) de Kiyoshi Kurosawa; Llamada perdida de Takashi Miike en el 2003; hasta El Ojo de los hermanos Pang en el 2002, pasando por Rashomon de Akira Kurosawa en 1950. O las clásicas cintas de terror japonés sobre fantasmas desde la segunda mitad del siglo pasado, Kwaidan (1964) de Masaki Kobayashi o El gato negro en 1968 de Kaneto Shindo, ambas cintas clásicas de terror japonés.

Y esta inspiración cinematográfica es por esa víctima-victimización del papel de la mujer como entidad fantasmal. Esperanza Trejo no es el fantasma de la historia por casualidad, sino es porque fue una víctima real en la historia del municipio de Pátzcuaro que buscó una venganza sobrenatural. En las cintas ya mencionadas no hay un solo fantasma masculino (salvo por un niño con rasgos femeninos en Ju-on), no es parte de la costumbre nipona. Siempre es la mujer la que tiene la fuerza suficiente para generar una “entidad” malvada que prevalezca sobre el tiempo.

Por la misma razón deseo usar y mostrar ese tipo de “miedo” japonés en vez de los “sustos cinematográficos” para crear el miedo, música o sonido muy alto creados para dar saltos al espectador y con el uso de los efectos visuales para desarrollar imágenes más “espeluznantes”, pero dejando de lado la historia sin darse cuenta que es el drama lo que da meido, no las imágenes.

Un ejemplo de lo que deseamos hacer se puede apreciar en las páginas del storyboard que está en proceso de terminarse.







Los conflictos

El primero y el más importante es la falta de dinero, de recursos técnicos y de apoyo institucional.
Esta situación se me hace muy curiosa.
He trabajado en los estudios churubusco Azteca, he estudiado y conocido gente en las escuelas de cine, así mismo en algunas productoras he hecho ciertos trabajos y visto la situación de varias personas desde económica hasta de recursos técnicos y humanos y que tienen contactos con instituciones y empresas; y he visto muchos casos, infinidad, en los que hay gente que quiere dirigir, quiere producir y quiere realizar un largometraje.

Es gente que tiene dinero—algunos nacieron en el seno de una familia adinerada, otros lo han ganado con su trabajo—, tiene equipo—cámaras, luces, equipo e sonido, computadoras para la edición que se han comprado al paso de los años—, conoce a actores—van desde actores reconocidos en el medio hasta actores que aún comienzan pero están dispuestos a trabajar—, tiene facilidades para conseguir pies de película o locaciones o utilería o descuentos fuertes en los distintos departamentos de la producción como arte, efectos especiales, maquillaje, etcétera; y aún así no son capaces de arriesgarse y hacer un largometraje. Pasan los años y sólo se lamentan que no han hecho una película.
Me pregunto yo ¿por qué?

Lo único que se me ocurre es que todos quieren los grandes presupuestos para su opera prima. O están esperando a que alguien los financie con toda la pompa. No lo sé en verdad. Sin embargo muchos de los que he conocido aspiran trabajar en Golibú, en estar en “las big lis”—como ellos dicen—y quieren hacerlo con mucho dinero, actores muy famosos y toda la espectacularidad. Trabajar en México y con bajos recursos lo ven mal, es bajarse de nivel o sería lo mismo que hacer un videohome y eso es humillante.

Empero pasan los años y siguen sin hacer nada, quieren ser descubiertos sin demostrar nada y me ha tocado casos tristes donde después de buscar, hasta años, que su filme se produzca con todo el presupuesto posible tienen que renunciar porque ya su edad es muy avanzada o porque después de tanto tiempo la gente los toma a locos y ni caso les hacen. Sé de uno que se murió después de pelear por diez años en hacer su opera prima, endrogare, perder casa, trabajo y familia sin poder realizarla nunca.

Nosotros no tenemos ni equipo, ni dinero, ni tenemos contactos en ningún lado y aún así nos arriesgamos y ya vamos por nuestro primer largo y buscamos realizar otros más. No es que no queramos tener una buena producción, no es que no anhelemos ser financiados por una caca grande, no es que no busquemos actores famosos ni tener toda la espectacularidad en nuestros proyectos; es que deseamos, por más que nada, contar una historia. Deseamos hacer cine más que ser “descubiertos y llenarnos de dinero”. Lo que nos motiva es nuestro placer de trabajar, de lograr nuestros sueños y hacer el cine que suspiramos hacer.

Si por el momento lo tenemos que hacer de forma más independiente que los independientes; con mínimo presupuesto y enfrentándonos a todos, que así sea. No somos el primer caso y en la historia del cine se ha demostrado que estos proyectos funcionan. Casos como El proyecto de la bruja de Blair que se hizo con 35 mil dólares y recorrió el mundo; La noche de los muertos vivientes de George Romero (o incluso las dos: El día de los muertos vivientes y El amanecer de los muertos vivientes) que se produjo con muy poco dinero, pagando un dólar y una camiseta de recuerdo a los extras y trabajando el crew y los actores de a grapa y por amor al arte; Bad taste de Peter Jackson que se filmó de manera mísera haciendo el maquillaje en la cocina de sus padres o trabajando los fines de semana solamente; El marichi de Roberto Rodríguez que se hizo con 10 mil dólares con amigos como actores y equipo técnico; Eraserhead de David Lynch que tardó hasta cinco años en rodarse ya que se le acababa el dinero e interrumpía todo por meses mientras conseguía lo necesario para continuar; Roger and me de Michael Moore que tuvo que organizar juegos de bingo en su casa para conseguir dinero para la producción; Tetsuo de Shinya Tsukamoto que se hizo con lo mínimo; Meu Destino em Tuas Mãos de José Mojica Marins que puso en hipoteca su casa y perdió dinero de la familia cuando la hizo; y así varios ejemplos de gente trabajadora con talento que quería contar algo y buscó hacerlo a pesar de los conflictos.

Y no sólo eso sino que se demostró con los años su talento, tanto que es hasta inútil contar sus éxitos pero en cambio sus primeros trabajos casi nadie los conoce. Estamos en la misma situación, creemos en lo que hacemos y seguiremos luchando por conseguir nuestro éxito, a diferencia de mucha gente que sólo está ahí lamentando no hacer cine a pesar de que tienen toda la infraestructura, el dinero y los apoyos.

Locaciones

Hubo muy variadas, contamos con mucha ayuda de la comunidad para poder hacer la película. Y fue valioso utilizar las bellezas naturales—y otras no tan naturales—para poder mostrarlas en la cinta. Utilizamos desde la carretera a Sanabria a unos cuantos kilómetros de la salida de Pátzcuaro, hasta la iglesia de Tzintzuntzan.
También rodamos en el cementerio de la Cruz cerca del humilladero en Pátzcuaro, en el hospital Gabriel García, en el hotel Apo-Pau, en la hacienda de la Cruz donde principalmente hicimos casi toda la película. Así como el Bar el Sótano, y calles varias de Pátzcuaro.
Fue una experiencia agradable y difícil.


En la hacienda de la Cruz, cuyo dueño José Luis Álvarez, se prestó a otorgar su casa con gusto de ayudar a gente que busca cambiar las cosas y luchar por lo que cree. Fueron casi tres semanas de permanecer ahí diariamente rodando escenas complicadas, difíciles y exhaustas. Sin embargo no se mostró molesto y siempre nos apoyó en lo que necesitáramos incluso con los problemas que conllevaba tener un grupo indigenista armado cerca.

En esta hacienda traté de retratar todos y cada uno de los espacios tomando su belleza como parte de la misma historia. Y aún así tuve que dejar fuera algunas partes. Lo que sí puedo decir de ello es que todos disfrutamos estar ahí.

En Tzintzuntzan fotografiamos el patio de los olivos y la iglesia. La misma iglesia que se filmó en la película de Estigma, y con razón puesto que es una gran iglesia de belleza incomparable. Así mismo su parque de olivos que es un centro turístico muy importante de la región.


En Pátzcuaro utilizamos varios puntos, pasamos por el cementerio de la cruz donde tiramos dos días realizando tres escenas en él; calles varias principalmente en la noche en la llegada del protagonista y sólo pasando por ahí; el hospital Gabriel García, cuyos trabajadores se mostraron muy amables y cordiales con nosotros.
Todo lo que podían prestar lo otorgaban sin dudar y con mucho gusto, cosa que siempre se les estará agradecidos. También usamos de Pátzcuaro el hotel Apo-Pau, cuyas dueñas nos prestaron no sólo las locaciones sino que permitieron que el equipo actoral y técnico de la producción utilizara sus cuartos para hospedaje y el restaurantes para las comidas. Préstamos que bien sabíamos significaba un sacrificio para ella y aún así accedieron con mucho gusto por lo que se le está eternamente agradecido, esperando algún día pagar el favor. El Bar el sótano también prestó locaciones así como el antiguo Restaurante El Gordo de la familia Servín. En fin, pudimos usar espacios sin ningún problema, y con agrado los mostramos en la película.